Con el avance de la técnica, las clases de pinturas hoy día han aumentado enormemente.
En toda pintura podemos considerar varios componentes, que en esencia son los siguientes:
- El pigmento o color propiamente dicho.
- El vehículo, es decir, la sustancia más o menos espesa que hace que la pintura se pueda vender en recipientes y que adquiera consistencia.
- El aglutinante, que tiene por misión que las dos sustancias anteriores se mezclen perfectamente.
- Y, por último, el secativo, cuya misión es la de favorecer el secado de la pintura desde el momento en que ésta se aplique sobre el objeto a pintar.
De esta clasificación de los componentes de una pintura conviene decir que no siempre es tan simple en las pinturas modernas, aunque siempre responda, con más o menos complicación, a este esquema.
Del pigmento, el vehiculo, el aglutinante y el secativo no hace falta decir que el pigmento, es decir, la sustancia colorante, es la fundamental y sin la cual no hay pintura; por lo tanto, hay que saber, aunque sea muy esquemáticamente, de dónde vienen los principales pigmentos y algunas de sus propiedades.
La gran mayoria se obtienen de minerales. Pero algunos son de procedencia orgánica, es decir, de plantas o animales. Los primeros, casi todos, se obtienen del plomo y del azufre, otros proceden del hierro, mercurio, arcillas y cromo. También proceden algunos de pequeños animales marinos.
El célebre «minio» procede de un producto del plomo.
.
En próximos artículos veremos una por una las distintas clases de pintura que relacionamos a continuación:
- Pintura a la cal
- Pintura al temple
- Pintura al óleo
- Pintura al barniz
- Pintura al esmalte
- Pinturas imitando madera
- Pinturas jaspeadas y esponjas
- Pintura granulada
- Esmaltes sintéticos
- Pintura a la celulosa
.