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Suelos laminados. 5 consejos para elegir bien

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Los suelos laminados tienen muchísimas cualidades y ventajas que los hacen ideales para su instalación en viviendas. Sin embargo, para no equivocarse en la elección del mismo, tenemos que prestar atención a una serie de cuestiones.

Más allá del aspecto estético, nos centraremos en la calidad del producto a elegir. 

A continuación te damos cinco de los consejos más importantes para que tu suelo laminado sólo te dé satisfacciones. Pero antes de entrar en materia veremos qué son los suelos laminados.

Cinco consejos para elegir bien tu suelo laminado.

¿Qué son los suelos laminados?

Son pavimentos compuestos por derivamos de la madera y láminas, unidos entre sí por resinas de alta consistencia. El alma del pavimento está realizada en tablero de HDF también llamado de Alta Densidad, o de MDF o de Densidad Media, dependiendo de la calidad del suelo. Este cuerpo lleva una lámina de melamina que imita la textura y el dibujo de la madera natural. También incorpora una película llamada overlay que cubre la parte vista del pavimento, protegiéndola del desgaste. Y, por último, por la cara posterior tiene la capa estabilizadora.

A diferencia del parquet, los suelos laminados no admiten el acuchillado. Por tanto, una vez perdida la capa de protección, no hay posibilidad de reparación.

Aunque hay diversos grosores, el espesor estándar de los suelos laminados oscila entre 8 y 10mm.

Esquema de las distintas capas que conforman un suelo laminado.

Los podemos encontrar normales o también hidrófugos. Este aspecto es apreciable a simple vista, puesto que el alma de estos últimos es de color verde.

La instalación de este tipo de pavimentos, se hace “flotante”, es decir, no se fija a la base, sino que se deja caer sobre esta, y las distintas piezas del suelo laminado (lamas) van encajadas de forma machihembrada. Pero esta unión es particularmente singular y efectiva. Hablaremos de ella más adelante.

Los suelos de tarima flotante tienen la gran ventaja que no requieren eliminar el pavimento anterior, sino que va sobre éste último, interponiendo entre ambos una manta de espuma de poliuretano de 3mm de grosor.

Si quieres saber más sobre otro tipo de pavimentos de madera, te proponemos veas también este otro artículo madera especial para exteriores.

Cómo elegir un suelo laminado

A la hora de adquirir un suelo laminado, hay una serie de cuestiones a tener en cuenta para que la elección sea correcta.

Aunque puede haber, y de hecho los hay, más aspectos que podrían influir en la elección de un pavimento, nosotros nos centraremos en los 5 que, a nuestro juicio, son los de mayor importancia.

Principales consejos para elegir un suelo laminado de calidad.

1.- Resistencia al desgaste

Como hemos indicado anteriormente, la capa superior de los suelos laminados, que está realizada con resinas muy resistentes, es la que protege a las capas inferiores del desgaste producido por el tránsito.

Esta característica se ha hecho muy popular entre los usuarios finales. La clasificación estándar tiene seis niveles. La nomenclatura de la citada clasificación, es la siguiente: dos letras, que son concretamente “AC”, seguidas por un dígito numérico comprendido entre el 1 y el 6.

Esta clasificación, se lleva a cabo en laboratorio realizando pruebas con muestras. Se introduce una muestra de suelo laminado en una máquina que la hace girar. La máquina tiene instalada una zona abrasiva, la cual, al girar va desgastando la capa de protección de la muestra.

La máquina cuenta las vueltas necesarias para eliminar por completo la capa protectora. Por tanto, en función del número de vueltas, se establece la clasificación, que es la siguiente.

Clasificación de los suelos laminados según su resistencia al desgaste.

Nuestro consejo respecto del nivel de resistencia a adquirir en cuanto a viviendas se refiere, es que, si el presupuesto lo permite, elegir al menos un suelo laminado AC5. O, como mínimo, el AC4.

2.- Sistema de ensamblado

Por otro lado, tenemos el sistema de ensamblado. Este aspecto hay que tenerlo en cuenta, puesto que no todos los sistemas son iguales.

El fabricante Unilin, más conocido por Quick Step su marca comercial, inventó y patentó en 1997 el “cierre uniclic”. Aquí se produjo un punto de inflexión, puesto que después de este invento, ha desaparecido el ensamblado con cola, casi en su totalidad.

Ensamblado en «clic» de los suelos laminados.

3.- Sellado en cantos y juntas

Un óptimo sellado de los cantos de las lamas, aumenta la resistencia a la penetración de humedad y el agua entre las juntas, por ejemplo como consecuencia del fregado o de caídas accidentales de agua.

Por tanto, es importante elegir un suelo laminado que incorpore un buen sistema de sellado, ya sea a base de ceras, aceites, parafinas, o cualquier otro producto al efecto.

Por otro lado, estos tratamientos hacen más suave el proceso de ensamblado de las distintas piezas, facilitando así su montaje.

4.- Resistencia frente a impactos

Al igual que está la clasificación de la resistencia al desgaste que hemos visto anteriormente y que iba del AC1 al AC6, también hay otra clasificación en función de la resistencia de los suelos laminados frente a impactos.

La nomenclatura de esta otra clasificación, es “IC” seguido de un número contenido dentro de un rango entre 1 y 3. Cuanto más alto sea el número, mayor será el grado de resistencia frente a impactos.

Recomendable elegir los suelos laminados con clasificación IC3 o, cuanto menos, IC2.

5.- Solvencia del fabricante

A pesar de que el asunto de las “marcas” en ocasiones ha estado y sigue estando sobrevalorado, en este caso sería conveniente tenerlo en cuenta.

Eligiendo suelos laminados procedentes de fabricantes consolidados y que nos puedan aportar cierta garantía en este sentido, nos garantizamos dos aspectos:

Con el paso de los años, los fabricantes van sustituyendo modelos anteriores por otros nuevos. Esto pasa tanto en azulejos, sanitarios, papel pintado, y como no, en suelos laminados.

Sin embargo, esto mismo podría pasar, pero de un día para otro si el fabricante desaparece. Y nos encontramos con que no podemos localizar ni siquiera un metro cuadrado que nos hace falta para tapar la reparación de una tubería, por ejemplo.

No quiere decir que esto tenga que ocurrir, pero mejor prevenir que curar.

También sería prudente tener en cuenta este consejo de cara al instalador. Convendría elegir una empresa seria y profesional. Las hay, y muchas, como por ejemplo Madegar, por citar alguna.

Y por otro lado, nos aseguramos tener a nuestro alcance la garantía dada por el fabricante, llegado el caso.

Por todo ello, es importante que los suelos laminados dispongan del sello CE.

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